Con la llegada de las festividades navideñas, nuestras casas se llenan de decoraciones y la estrella de Navidad es una de las más queridas.
La estrella de Navidad presenta grandes hojas coloreadas, a menudo rojas (pero también rosas o blancas), que parecen pétalos de flores. Las verdaderas flores son, en cambio, pequeñas y amarillas y se encuentran en la parte central de la planta.
Dado que la estrella de Navidad florece en la naturaleza durante la temporada de invierno, esta planta está asociada con el período de las fiestas navideñas y se utiliza para añadir un toque decorativo y festivo.
Sin embargo, detrás de sus pétalos de rojo vibrante, se esconde un secreto crucial: el riego.
Para mantener en plena forma la estrella de Navidad durante el período navideño y más allá, es necesario proceder con la técnica del riego desde abajo:
- Llenamos de agua el plato o el contenedor en el que está nuestra estrella de Navidad;
- Esperamos 10-15 minutos para dar tiempo a las raíces a absorber toda el agua que necesita la planta;
- Una vez pasado este tiempo, eliminamos el agua excedente para evitar que se estanque y haga pudrir las raíces.
Esta técnica, que se basa en la absorción de agua desde abajo, hace que la superficie de la tierra parezca seca incluso cuando la tierra está suficientemente mojada.
Por lo tanto, para saber si la estrella de Navidad necesita ser regada debemos basarnos en su peso; cuando es ligera significa que necesita agua.
La frecuencia con la que regar la estrella de Navidad generalmente es cada 2 o 3 días, pero puede variar según su tamaño y la temperatura del ambiente en el que se encuentra.
Colocamos la estrella de Navidad en un lugar con luz difusa, evitando corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura a los que la planta es sensible para mantenerla en excelente salud.